Carlos Jiménez, conferencista y consultor en tendencias de mercado y marketing

Describir los mercados actuales con pocas palabras no es tarea fácil, pero definitivamente hay algunos elementos que destacan e impactan notablemente la manera de hacer negocios, como son el cambio tecnológico y un mayor acceso a la información; que no solamente ha disminuido las asimetrías de información entre compradores y vendedores, sino que ha dado pie a una economía de las plataformas (también llamada Uberización de la Economía). Por su parte, la crisis del COVID-19 ha enfatizado la importancia que tiene la transformación digital para las empresas y además tendrá un efecto en la rivalidad de la competencia, debido a la crisis económica derivada de la pandemia.

Se puede resumir el contexto competitivo con el término VUCA, empleado por algunos, para resaltar cuatro elementos clave de los mercados actuales: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. En una consulta que realicé al comienzo de la pandemia entre algunos de mis clientes, tratando de entender cómo los podía ayudar, encontré que la mayoría enfrenta cuatro retos de negocios: cambio, incertidumbre, disrupción tecnológica y rivalidad de la competencia (potenciada por la recesión).

Sin duda alguna, aquellas empresas que sean capaces de formular estrategias contextualizadas a este entorno tendrán más posibilidades. Nos referimos no solamente a las estrategias de corto plazo que persiguen la viabilidad del negocio en medio de una crisis, sino estrategias que apunten a un horizonte más lejano, que al final son las que dan sentido de dirección e inspiran a los colaboradores y clientes.

Este diseño estratégico tendrá éxito en la medida que el equipo humano posea las habilidades requeridas y se fomente una cultura que permita competir en un contexto con estas características. Luego de analizar, junto a la coach Andreina Atencio, más de veinte habilidades y su impacto en los resultados de las empresas, llegamos a la conclusión de que cuatro de estas habilidades permiten competir mejor frente a los retos más comunes, antes mencionados: inteligencia contextual, pensamiento estratégico, agilidad organizacional y bienestar.

Habilidad 1: Desarrollo de la Inteligencia Contextual

Esta capacidad se refiere a lograr un entendimiento de lo que sucede en el entorno de la empresa y hacia dónde van los mercados. El contexto de la empresa está conformado por el microentorno o sector de actividad (competidores, clientes, proveedores, etc.) y por el macroentorno (regulaciones, variables económicas, cambio tecnológico, etc.). Las estrategias de negocio formuladas tomando en consideración el contexto de la empresa, permiten obtener mejores resultados. 

Habilidad 2: Fomento del Pensamiento Estratégico

Debido a la alta volatilidad e incertidumbre, es necesario que los ejecutivos sean capaces de tomar acciones, entendiendo su contexto, pero con un sentido de dirección. Es fácil concentrarse en la viabilidad del corto plazo, donde las presiones principales provienen de la rivalidad de la competencia, los cambios en el comportamiento de los clientes y, en algunos casos, de las regulaciones. Sin embargo, estas tareas deben realizarse sin perder de vista el propósito de la compañía y su visión del futuro.

Habilidad 3: Construir una Organización Ágil

Entender lo que sucede en el mercado y diseñar una estrategia de negocios ganadora no es suficiente. El cambio es tan abrupto que se debe desarrollar una organización ágil que se mantenga al día con lo que sucede en el entorno y sea capaz de ajustar sus planes estratégicos para mantener su vigencia en el mercado, creando experiencias memorables para los clientes y, a su vez, manteniendo la eficiencia de sus procesos.

Habilidad 4: Madurez digital

Un estudio de IBM realizado durante la pandemia determinó que el impulso del Covid-19 a la industria del comercio electrónico equivale a un avance de cinco años. Este resultado puede lucir exagerado, pero más allá del tiempo, el mensaje clave es que llegó la hora de hacer todo aquello que se postergó en relación con la transformación digital. La maestría digital viene dada no solamente por el desarrollo de capacidades digitales, sino también por las capacidades de liderazgo en la organización. La madurez digital puede entenderse como la alineación de las personas, la cultura, la estructura, y las tareas de una organización para competir eficazmente aprovechando las oportunidades que brinda la infraestructura tecnológica, tanto dentro como fuera de la organización (Kane y Cols, 2019).

Habilidad 5: Trabajando por el Bienestar

Los negocios no pueden prosperar en un mundo que está fallando (Don Tapscott). Y en este sentido consideramos que la capacidad de lograr el bienestar personal es clave para construir una empresa saludable. No solamente nos referimos a la salud física, sino también a lo psicológico. Mientras desarrollemos el ser, seremos más libres y nos sentiremos más cómodos interactuando con nuestros equipos de trabajo, clientes y proveedores.

Si te interesa que tu equipo de trabajo desarrolle algunas o todas estas capacidades clave para competir en el mercado actual, escríbeme a [email protected] o visita la página del programa aquí o en el botón abajo para conocer más acerca del contenido y los módulos que contempla.

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