Iniciar un nuevo año usualmente nos invita a revisar nuestras metas personales, lo qué hicimos, lo que dejamos de hacer y, sobre todo, qué queremos alcanzar, pero así como realizamos este ejercicio para nosotros mismos, el comienzo del año es propicio para establecer objetivos claros para nuestra marca y diseñar una estrategia que permita alcanzarlos.

 

Revisar qué hacemos (productos y servicios) y cómo lo hacemos (procesos) es importante pero no suficiente. Si queremos conectar en un mercado altamente competitivo debemos definir claramente el para qué lo hacemos, es decir, la razón de ser de la marca: su propósito. Esta tarea no tiene que ver con obtener beneficios monetarios o aumentar la participación de mercado, sino con la esencia de la marca, el porqué de su existencia, tal como lo define Simon Sinek en su libro “Empieza por el por qué”.

 

Este por qué (o propósito) es el punto de partida para lo demás: cultura organizacional, forma de hacer las cosas, productos que se ofrecen, e incluso las formas en las que la marca puede innovar en el mercado y generar nuevas experiencias para sus consumidores. El propósito de la marca es la brújula que orienta sus acciones, la base de su estrategia de mercado e incluso su modelo de negocio.

 

Los primeros meses del año son un buen momento para revisar el propósito de tu marca y, si no está formulado, definirlo, porque hacerlo te ayudará a diseñar estrategias coherentes de cara tanto a tu equipo -que sabrá para qué trabaja- y de tus clientes, con los que conectarás de forma más auténtica (una de las tendencias del mercado que cada vez es más marcada en las generaciones más jóvenes es la autenticidad). Un propósito de marca bien elaborado no solo aumentará la credibilidad de la marca, sino que también hará que los clientes interactúen con ella con más frecuencia y esto es especialmente importante en un entorno donde la competencia es alta y los consumidores más exigentes. Sin embargo, elegir un propósito de marca no siempre es fácil, hay algunos puntos importantes a considerar antes de hacerlo, sobre todo porque el propósito de la marca debe reflejar y estar alineado con los valores del negocio, su misión y su visión. Por ejemplo, una compañía de cosméticos podría optar por vender productos de cabello respetuosos del ambiente, mientras que una empresa del sector educativo podría tener el propósito de disminuir el analfabetismo en niños.

 

La clave es que el propósito genere un impacto significativo y duradero para la sociedad, para ayudarte a revisarlo o definirlo te comparto un episodio de mi podcast Carlos Jimenez PuntoBiz en el cual te doy algunos tips y un resumen de cómo ha evolucionado este concepto en las tendencias del mercado durante los últimos años. También te comparto algunos artículos y un video referido al tema y te puedo ofrecer mi conferencia in company “Definiendo el propósito para tu marca”:

 

Pero si quieres hacer una revisión más profunda y no solo ver tu propósito como concepto sino accionarlo y llevarlo a la estrategia de tu negocio, te propongo realizar un workshop con tu equipo en el que todos participen y se involucren, lo que no solo beneficiará a la marca sino a toda la organización y sus procesos dándole oportunidades para tener más éxito en el mercado.

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Puntuación media 3 / 5. Recuento de votos: 2

No hay votos hasta ahora! Sé el primero en calificar esta publicación.