He tomado prestado el titulo del libro de Prahalad y Krishnan (2008) para intitular este artículo, porque esta obra plantea un modelo de innovación y creación de valor que se ajusta a la dinámica de los nuevos mercados. Los citados autores ponen sobre la mesa tres temas clave: 1. El valor será cada vez más co-creado con los clientes, 2. Ninguna empresa posee todas las capacidades y recursos que se necesitan para co-crear valor con los clientes, por lo que debe aprender a acceder a esos recursos globalmente de múltiples fuentes y, 3. Los mercados emergentes pueden ser una fuente importante de innovación, idea que Prahalad ya había presentado en su obra La Fortuna en la Base de la Pirámide (2005).
La co-creación es una estrategia de negocios o marketing que implica la realización de actividades conjuntas entre la empresa y sus clientes en busca de la satisfacción de estos últimos. El término fue introducido por primera vez en un artículo de la revista Harvard Business Review, escrito por C.K. Prahalad y Venkat Ramaswamy, que después dio origen al libro The Future of Competition (2004).
Uno de los pilares fundamentales que plantea La Nueva Era de la Innovación es la concentración en la experiencia de un cliente a la vez y no debe confundirse con los enfoques más tradicionales de “mass customization”, o incluso de los “segmentos de uno”, que promulgan una adaptación de la oferta a cada cliente, pero siempre desde una perspectiva centrada en la empresa y sus productos. A diferencia de estos, el fenómeno N=1, como lo denominan Prahalad y Krishnan, se centra en la personalización de las experiencias de cada cliente y en la co-creación de valor.
Uno de los casos utilizados para ejemplificar este modelo es la plataforma Ipad/Iphone + iTunes, de la empresa Apple, que permite que los consumidores creen su propia experiencia personalizando qué canciones y artistas desean escuchar. Pero no solamente las tecnológicas pueden crear experiencias personalizadas. Abundan ejemplos en otros sectores, donde se puede citar a Starbucks, red estadounidense de cafeterías, donde los consumidores experimentan una experiencia muy personal al usar sus espacios como oficinas, sitos de reunión, etc. En ambos ejemplos es clara la presencia de recursos globales en sus productos.
Deja tu comentario