Es notorio el aumento en el número de usuarios de internet en Latinoamérica. Sabemos que más de doscientos cincuenta millones de personas, lo que equivale a cerca de la mitad de la población, se conecta desde distintos medios, incluyendo teléfonos inteligentes y tabletas.
Ese volumen de usuarios ofrece una audiencia que hace a los medios digitales muy atractivos para los anunciantes, desde el punto de vista publicitario. Además, internet sigue siendo el medio que más crece, en comparación a los medios masivos.
Sin embargo, ¿tiene sentido tener una estrategia de comercio electrónico?. La respuesta a esta interrogante es que “definitivamente, sí”.
Empecemos por recordar que el comercio electrónico se divide principalmente en “comercio B2C”, en el cual las empresas venden a los consumidores (por ejemplo: Amazon.com), y “comercio B2B”, donde las transacciones son realizadas entre empresas (por ejemplo: portales donde fabricantes o distribuidores venden a detallistas). Es en este último tipo donde se encuentra la mayor proporción del negocio en línea, medido en valor.
La principal razón para tener una estrategia de comercio electrónico (B2C) es que el número de compradores en línea va en aumento. Más de la mitad de los usuarios de internet ha comprado algo a través de ese medio y esa proporción de compradores ha venido aumentando en los últimos años. Junto al crecimiento en el número de usuarios totales de internet, motoriza un aumento de las transacciones en línea. Además, las barreras para comprar en internet, como la desconfianza en los medios de pago, han venido disminuyendo entre los usuarios finales. Dicho de otra forma, los usuarios de internet han ido perdiendo el miedo a comprar en línea y han experimentado sus ventajas.
Adicionalmente, vender por internet ofrece ventajas de eficiencia y servicio, sobre todo a las empresas que venden a otras compañías (B2B), muchas de las cuales abundan en Panamá. Todavía grandes distribuidores comerciales del istmo venden a su cadena de distribución a través de procedimientos manuales, que no solamente son más costosos e ineficientes, sino que dan espacio para los errores.
Llegó el momento de que su empresa analice cómo beneficiarse de una estrategia de comercio electrónico, sea su negocio B2C o B2B.
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