Algunas suposiciones sobre El Consumidor del Futuro
Estudiar los cambios en el comportamiento e incluso visualizar al consumidor del futuro es una práctica que permite que las empresas se preparen mejor, para atender las necesidades de ese consumidor y para competir con éxito en el mercado mediante una oferta diferenciada. Pero, ¿cuándo es el futuro?
Si partimos de la definición que ofrece Wikipedia: “El futuro es lo que pasará después del tiempo presente”, el futuro es hoy mismo, después de leer este artículo, es cualquier momento en lo que resta del año 2015, en el 2020 o incluso más allá. Sin embargo, hablar de la próxima semana como el futuro, aunque conceptualmente correcto, no atiende a nuestros objetivos de anticipación. Para estos efectos emplearemos un horizonte de 5-15 años, es decir, nuestro futuro será entre el año 2020 y 2030. Si bien la ciencia ficción definió el futuro empíricamente en períodos más largos, entre 25 y 100 años, la velocidad de adopción de las tecnologías ha aumentado y, además, queremos realizar una especulación realista, y no un futuro demasiado “futurístico” y poco práctico para nuestros fines.
El contexto del consumidor del futuro estará caracterizado por la escasez de recursos naturales y la búsqueda de eficiencia energética, debido a la crisis del petróleo. Proliferarán las innovaciones tecnológicas en el área de salud, incrementando la esperanza de vida de la población. El consumidor valorará más los recursos naturales y a las empresas sustentables. Se inclinará por productos naturales y originarios de su zona de residencia. También valorará los siguientes aspectos:
- Las opiniones de sus amigos, más que la publicidad tradicional
- Las experiencias con las marcas, más que los productos en sí mismos
- Los productos personalizados que se ajusten a sus necesidades particulares
- Las marcas que los tomen en cuenta y los valoren
- La gratificación instantánea de sus necesidades
Aunque este consumidor tendrá una edad promedio mayor (18% de la población será tercera edad), el concepto de tercera edad cambiará significativamente. Un consumidor mayor de 60 años no necesariamente pasará al retiro y su economía será más activa que su equivalente en el siglo XX. Será un consumidor más informado, más bancarizado y más eficiente (y por ende impaciente).
Deja tu comentario