Texto por: Néstor Altuve, Consultor en Transformación Digital
Cada vez es más frecuente el uso del concepto de transformación digital debido principalmente a que trascendió la barrera de ser simplemente un mero cambio tecnológico. Muchas empresas e industrias, en especial las nacidas antes de la era de Internet, empezaron a entender que de lo que se trata es de reorientar a toda la organización, hacia un modelo eficaz de relación integral, digital y física, en cada uno de los puntos de contacto de la experiencia del cliente, los procesos internos y externos, los recursos humanos y un modelo de negocio necesariamente ajustado a la nueva realidad.
El constatar esa nueva manera de afrontar y hacer negocios, que por cierto no desecha para nada el mundo físico sino que lo mantiene en el nuevo ecosistema, ha puesto en aprietos a más de un propietario y/o juntas directivas de las empresas e industrias antes mencionadas. Principalmente las grandes por el temor de tener que mover estructuras complejas sobre todo generando muchos y difíciles cambios culturales y, las medianas y pequeñas quizás más por una expectativa de grandes inversiones de dinero.
Independientemente cual sea el caso, si una empresa o industria quiere permanecer en el tiempo tiene que adaptarse, más que transformándose digitalmente, entendiendo que hay una nueva manera de hacer negocios que va de lo físico a lo digital y viceversa teniendo al gigante Amazon como ejemplo que luego de promover y hacer del ecommerce una tendencia irreversible, hoy abre tiendas físicas y compra una cadena al detal tan importante como lo es Whole Foods.
Lejos de preocuparse hay que ocuparse, entendiendo que todo se hará de acuerdo a las posibilidades, humanas, estructurales, financieras, etc., de cada uno pero definitivamente hay que llevar la transformación digital a la práctica donde hay que diseñar un proceso de diagnóstico, definición e implementación de un proyecto.
Diagnóstico:
Este es el primer paso y quizás uno de los más importantes. Este análisis no debe limitarse a lo tecnológico y a las herramientas digitales con que se cuentan. La relación con los clientes, los procesos internos y externos, los recursos humanos y como todo esto influye en el modelo de negocio y sobre todo en los resultados de la empresa son claves diagnosticarlo previamente.
Entorno Físico y Digital:
Es necesario voltearse a ver lo que está sucediendo en el entorno, en la competencia y la industria en la cual se desenvuelve la empresa, qué cosas nuevas están haciendo y sucediendo tanto en lo físico como en lo digital. De igual forma con los clientes, actuales y potenciales, sus preferencias y gustos, interacciones, cambios, etc. Por último hay que seguir los avances y las mejores prácticas que están ocurriendo sin importar la industria, son muchos las casos de éxito que, ajustándolos a la propia realidad, se pueden aplicar,
Revisión de la Estrategia Corporativa Actual:
Deliberada o no, escrita en un plan o en la mente del dueño las empresas tienen una estrategia. Hay que revisar si los temas digitales están abiertamente incluidos en el core del negocio y no simplemente como un soporte al mismo. De estar presenten hay que validar cuan alineados están al modelo de negocio, los procesos y las personas.
Definición y/o Revisión de la Estrategia Digital:
En este paso de una manera deliberada, con todos los involucrados hay que revisar, si existe, la estrategia digital y si no, definirla.
En cuanto a la experiencia del cliente hay que colocarlo en el centro de toda la estrategia de la organización, utilizando los canales digitales para potenciar la escucha, la conversación, la relación y el engagement.
El modelo de negocio debe incluir los nuevos escenarios digitales que permitan identificar, globalizar, innovar, expandir y crear nuevas oportunidades de negocio.
Una de las claves más importantes de la estrategia digital es colocar a los empleados en el centro de la organización para involucrarlos y empoderarlos en la transformación, con formación, nuevas herramientas de trabajo en la red, innovación y digitalización de los procesos clave.
Alinear Estrategia Corporativa con la Digital:
Hoy en día la estrategia debe ser una sola y este ejercicio de alineación es fundamental para poder proyectar y ejecutar los planes. Las empresas nativas digitales ya nacen con este paso porque no se concibe el negocio sin la existencia de las nuevas tecnologías y hacia allá deben apuntar todas, no importa si nacieron previo a la Internet.
Definición y Priorización de Portafolios de Proyectos:
Son muchas las ideas que se conciben en los pasos anteriores siendo abundante la cantidad de nuevos proyectos. En principio estos deben estar muy bien definidos para que surja el efecto que se desea. Todos esos proyectos, que de por sí deben estar alineados con la nueva estrategia organizacional, deben priorizarse porque todos los recursos son limitados y la empresa debe igualmente mantener operación regular. Lo recomendable es que si alguno o varios de los proyectos seleccionados son claves para la empresa, se separe a equipos de sus responsabilidades cotidianas, y se dediquen exclusivamente a los mismos.
Organización y Plan de Implantación:
Con planes y proyectos escritos hay que organizar y planificar su implantación, en especial los presupuestos asociados. Es muy importante que cada actor sepa el alcance de su participación y responsabilidad en uno o varios proyectos. También es recomendable el uso de herramientas de manejo de planes, proyectos y presupuestos en línea para su seguimiento por todos y en especial por el dueño o CEO de la organización cuyo involucramiento es clave para el éxito.
Implantación, Medición y Seguimiento:
Este paso es el más importante diversas razones, obviamente la implantación en sí y que se cumpla en los tiempos previstos. La medición porque lo que no se mide no se mejora, con indicadores claves de complimiento KPI’s bien diseñados y con responsables individuales y/o grupales. Por último el seguimiento y las decisiones oportunas, ya que en la nueva realidad de los negocios si bien los proyectos deben ponerse en marcha rápidamente, previa validación de productos mínimos viables, las decisiones de abandono, si no se es exitoso en un tiempo perentorio, también debe asumirse. Decisión por cierto que cuesta mucho a las empresas pre-internet.
La conclusión es clara, no importa el tamaño de la empresa o si cuenta o no con muchos recursos, son muchas las actividades pequeñas, medianas o grandes que se pueden llevar a cabo en la práctica. Lo importantes es avanzar, a la velocidad que se pueda pero ir hacia adelante.
@nestoraltuve
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