En la medida que la adopción de internet aumenta y los medios digitales se hacen más relevantes en los procesos de toma de decisiones de compra de los consumidores, el “marketing digital” incrementa su importancia. Pero hay que reconocer que este término cada vez es más general y, como consecuencia, muy vago. Por allá en los años noventa, se refería al uso de los banners o al email marketing, pero ahora incluye múltiples herramientas de naturaleza muy disímil.
Muchos se refieren a “marketing digital” como su presencia en medios sociales (Facebook, Twitter, etc.), mientras que otros piensan automáticamente en una campaña publicitaria con banners en sitios Web de alto tráfico. Es verdad que ambos casos se refieren a recursos del “marketing digital”, pero definitivamente el término es mucho más que eso.
Marketing digital es tener una presencia en los medios electrónicos, ya sea mediante un sitio Web o una aplicación nativa móvil. Pero también es saber posicionar adecuadamente esas propiedades digitales para que sean encontradas fácilmente por sus audiencias (SEO o Search Engine Optimization). Contratar publicidad en medios electrónicos o redes sociales, ya sean estos banners, contenidos patrocinados, emails o incluso mensajes de texto (SMS) también entra en la definición de marketing digital, solamente que en esta oportunidad se paga a un medio de comunicación o a un influenciador, en lugar de publicar en los medios propios. Finalmente, toda actividad de generación de contenidos en la plataformas sociales (redes sociales, sitios para compartir videos o fotos, marcadores, agregadores, blogs, microblogs, mensajería instantánea, etc.) también es una forma de hacer marketing digital. En resumen, hay medios propios, pagados y ganados. Entonces, ¿cuál de estas herramientas utilizar? Depende de diversos factores como el objetivo que se persigue, el sector de actividad y las características de la audiencia.
Alcanzar el éxito en el marketing digital requiere conocer las diferentes opciones, que ya de por si es una tarea laboriosa (no solamente por su diversidad sino por la rapidez de los cambios que experimentan), pero también de saber cuándo y para qué emplearlas. Por supuesto que, como en la publicidad en medios tradicionales, la estrategia de comunicación, la selección de los medios y la producción de las piezas siguen siendo factores clave.
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